Batir las yemas y el azúcar hasta lograr una mezcla suave y cremosa. Sumar la crema de leche y la vainilla, mezclar todo esto junto de manera suave.
Preparar los moldes para la crema: disponerlos en una fuente grande para hornear con agua caliente que llegue a la mitad de los moldes (para hacer baño maria). Colocar la mezcla en los moldes y hornear entre 45 y 60 minutos. Para saber si ya está cocida inserta un cuchillo como prueba, si ya está debe salir limpio.
Colocar los moldes sobre un trapo de cocina, dejar enfriar y reposar por 15 minutos.
Bajar la temperatura del horno. Espolvorear una capa delgada y uniforme de azúcar granulada sobre las natillas cocidas. Colocar de nuevo los moldes en el recipiente para hornear, esta vez con agua fría.
Hornear de 3 a 5 minutos o hasta que el azúcar se derrita y se forme una dorada corteza caramelizada. Si tienen uno, se puede hacer el quemado con un soplete de cocina.
Opcional, se puede decorar con frutos rojos y hojas de menta.