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Aglutenados estuvo en Turquía y aprovechó para indagar el lugar que allí ocupa la celiaquía, país donde el consumo de trigo es alto. Compartimos con ustedes algunos datos. Desafortunadamente, no logramos contactarnos con Çölyakla Yaþam Derneði (Sociedad Viviendo con Celiaquía), que aparentemente existe, ni con celíacos del país.
Sí, antes de partir, mandamos emails e intentamos comunicarnos por teléfono con Oya Oxden, de dicha asociación, y con Canan Onural, del Centre of Gluten Free Life, sin resultados positivos. Los datos que figuran online parecen estar desactualizados. Una lástima, ya que Oya aparece en el blog de una celíaca turista en Turquía hace un tiempo como una persona muy amable y que la ayudó a orientarse en su viaje, indicándole dónde comer y proporcionándole información útil. Oya le proveyó a esta persona la carta para restaurantes en turco donde explica lo que los celíacos NO podemos comer y los cuidados en la manipulación de alimentos.
De todas maneras, desde www.celiactravel.com se pueden bajar en forma gratuita las cartas para restaurantes en cincuenta y cuatro idiomas, por lo que, con dicha carta en turco, nos arreglamos para asegurarnos la comida apta, o al menos lo intentamos.
La realidad es que no fue fácil: más allá de la carta, querer comunicarnos con el personal de los restaurantes, cocineros y mozos, resultaba complicado ya que no todos hablan inglés, con lo cual pasaba seguido que hacíamos una pregunta como "Las papas fritas ¿se fríen solas o se mezclan con otras comidas?", y obteníamos como respuesta un "OK". Luego de intentar hacer la misma pregunta en forma diferente varias veces, logramos alguna certeza. La experiencia nos indicó que, en general, allí las papas fritas se fríen solas: casi todos los platos "salen con fritas"… Quizá se deba también a eso la dificultad para entender la pregunta, ya que parecería ser una práctica habitual no mezclarlas con otras comidas.
No encontramos restaurantes con platos que exhibieran el logo apto celíaco. En un lugar recomendado en el sitio web de esta turista que les comentaba antes, Buhara 93 en Sultanahmet, la zona turística asiática, nos encontramos con el dueño del lugar, que tiene una hija celíaca, y fue algo más fácil pedir la comida segura: pescado con arroz, y jugo fresco de naranja. Más allá de que la especialidad del lugar, y la del país, sea el famoso kebab.
Es fácil comer pescado con seguridad ya que en general se sirven pescados enteros (no filets), lo cual garantiza que no estén pasados por harina previamente. Es importante aclarar que no les pongan pimienta, ya que suelen hacerlos de esa manera y son súper picantes: pedir... plain fish, just fish, nothing else, please!!!
La carta ayuda; es indispensable llevarla, pero la realidad es que cuesta que le den relevancia. Al menos ésa es mi sensación, y por eso se desembocaba en las preguntas adicionales, que hacían la relación algo tensa… además de que los turcos no se caracterizan por ser muy pacientes. Son perseverantes y no se cansan de intentar llevarte a comer a su restaurante… te ven caminar por delante del lugar e insisten para que te sientes allí. Creo que, en mi caso, ¡muchos terminaron arrepintiéndose!
Es importante tener cuidado con el arroz ya que suelen comer Pilav, que es arroz mezclado con pasta. Es aconsejable intentar pedir white rice, arroz blanco; y si no, ante la duda, no comer arroz. Se pueden comer ricas ensaladas, mucho pepino, tomate, cherries espectaculares, que incluso se sirven en los desayunos.
Otra ventaja es la gran oferta de frutas frescas: en mayo, al menos, había naranjas impresionantemente jugosas y dulces, y también pomelos, granadas y manzanas. Se consiguen jugos recién exprimidos en puestos en la calle o en confiterías. Incluso en el avión la aerolínea turca ofrece limonada fresca con menta (homemade) y jugo de naranja fresco. Mi opción en el desayuno fueron siempre frutas frescas y jugo de naranja. Con un poco de trabajo, y con la carta a mano, hay que informar al encargado del restaurante del hotel sobre nuestra necesidad de un jugo fresco, exprimido, ya que en general se ofrecen jugos artificiales. Intentan en un primer momento cobrarlo extra pero, si se insiste en la explicación, el resultado es siempre favorable.
Para quienes esto no sea una opción, la sugerencia es llevarse algunos productos aptos desde acá, ya que no es fácil encontrar galletas de arroz y otros productos libres de gluten. La realidad es que no estuve en supermercados, pero no logré encontrar productos aptos en ninguno de los mercados en los que averigüé.
Otras cosas que se pueden comer son choclos y castañas, que se encuentran por doquier, tostadas, muy ricas.
En fin, no es sencillo, pero siempre encontramos algo seguro para comer. Llevarse cosas de aquí es una opción. Y vale la pena: Estambul es una bellísima ciudad. Por otra parte, esto nos ayuda a valorar más la amplia oferta de productos aptos que tenemos acá y la conciencia general que hay en la población sobre la celiaquía: cada día es mayor. Y eso es de gran ayuda para todos.
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